Este tipo de franquicias responden a la creciente necesidad de esparcimiento que se necesita en nuestro país.
México es uno de los países cuya población económicamente activa padece estrés laboral en proporciones superiores a las que se registran en otras naciones, pues cuatro de cada diez personas con empleo en nuestro país presentan este problema de manera cotidiana, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
De hecho, aseguradoras privadas elevan esa cifra al 75% de los empleados mexicanos, una proporción de personas estresadas incluso mayor a la que se presenta en China. Es por eso que las necesidades de recreación saludable muestran un constante crecimiento, lo que amplía las oportunidades de negocio de las empresas dedicadas a mejorar nuestro estado físico y emocional. Ese es el caso de los parques de trampolines (Trampoline Parks).
Estos espacios no solo ofrecen una alternativa de diversión para niños, jóvenes y adultos, sino que también representan una opción para llevar a cabo diversas actividades físicas, lo que nos ayuda a lograr una vida mucho más saludable.
Bienestar emocional
Según la Asociación Psicológica Americana (APA) existen tres tipo de estrés: el agudo, el agudo episódico y el crónico; los dos primeros son los más comunes, y se generan por las exigencias laborales que vivimos día con día, en tanto que el tercero es agotador para las personas, además de que provoca enfermedades.
El estrés en general, independientemente de su causa y manifestaciones, debe ser atendido para que no se convierta en crónico, y justo una de las formas de eliminar esa tensión es realizar actividades físicas. Para ello, acudir a un Trampoline Park, solo, en pareja o con la familia completa, es una alternativa saludable que además te garantiza varias horas de diversión.
Los parques de trampolines en México, como Jumpster, tienen diversos servicios para que practiques el arte de brincar, en un entorno moderno y seguro, que cuenta con tecnología de punta y atractivas áreas con trampolines en piso y paredes. De hecho, ejercitarse en un trampolín por 20 minutos equivale a practicar un deporte aeróbico de alto impacto por unas dos horas.
Negocio en expansión
Para invertir en un parque de trampolines no solo se requiere satisfacer la demanda de recreación y actividad física que ya existe en México, por supuesto el emprendedor no puede lanzarse sin una red de protección como la que proporcionan franquicias como Jumpster.
Al integrarse a esta marca los inversionistas reciben una asesoría especializada no solo con la temática del parque, sino también en áreas como mercadotecnia y operación comercial. De hecho Jumpster busca superar las expectativas no solo de quienes acuden a sus parques, sino también las de los mismos emprendedores.
Esta franquicia ofrece, además del derecho de uso de la marca, capacitación permanente para el personal del parque; apoyo para la selección del lugar ideal para instalar el Trampoline Park; asesoría en el montaje y diseño del espacio, así como la actualización constante que permite el desarrollo y crecimiento del negocio, pues los parques de trampolines se encuentran en franca expansión en México debido al alto reconocimiento del público asistente.
Inversión novedosa
La Asociación Internacional de Parques de Trampolines recomienda que este tipo de instalaciones cuenten con una extensión de al menos 1,600 metros cuadrados, aunque en México esas medidas se reducen un poco, por lo que las franquicias que ofrecen estos servicios pueden optar incluso por áreas de entre 1,500 y 2,000 metros cuadrados.
También es importante que la altura del espacio sea de por lo menos seis metros, a fin de que la experiencia del parque sea atractiva, pero sobre todo segura, tal y como ocurre con los veinte Trampoline Parks que ya existen en nuestro país.
Considerando estos requerimientos, la inversión promedio para una franquicia de este tipo es de $15 millones de pesos que incluyen la adecuación del local, el equipamiento del parque, los sistemas del mismo, el capital de trabajo, así como otros gastos operativos, de acuerdo con datos de Jumpster.
Con esa inversión se instala un parque de trampolines que ofrezca diferentes opciones tanto de actividades físicas como de entretenimiento, pues el público objetivo además de los adultos, incluye a menores de edad a partir de los tres años.
Pero además de los trampolines, y la posibilidad de que en el parque se den clases de salto (aerofitnes), las franquicias como Jumpster también cuentan con un área destinada al consumo de alimentos, y un espacio en el que pueden llevarse a cabo todo tipo de festejos. No se trata de un tradicional salón de fiestas, sino de una divertida opción en la que adultos y pequeños cuentan con canchas privadas, y diferentes paquetes para celebrar con los amigos, la familia o los compañeros de trabajo, lo que diversifica la inversión.