Hay un amplio potencial en las franquicias que ofrecen experiencias recreativas para jóvenes, adultos y menores.
¿Te imaginas volver a experimentar la sensación con la que te divertías en el brincolin de las fiestas infantiles? Sí, en México ya hay parques con trampolines para adultos que ofrecen distintas alternativas de entretenimiento, y lo mejor de todo es que también puedes llevar a tus hijos para que disfruten juntos de esta actividad.
Los Trampoline Parks, como se les conoce a nivel internacional, son áreas recreativas que ofrecen distintos servicios en torno a la experiencia de brincar y ejecutar todas aquellas acrobacias que quizás no hiciste de pequeño. En un entorno seguro que incluso puede contar con trampolines en piso y paredes, estos establecimientos te proporcionan una alternativa de diversión, convivencia y ejercicio.
Adicionalmente, estos parques son una excelente oportunidad de negocio, pues son relativamente nuevos en nuestro país. Un ejemplo emblemático es Jumpster, franquicia que inició operaciones en 2015 en Monterrey, que ofrece en sus instalaciones una ambientación única, diseñada para que los asistentes se sientan parte de una comunidad que se divierte de forma original y segura.
Un poco de historia
En el Quijote, la gran obra de Miguel de Cervantes, publicada en 1605, ya se menciona el uso de telas para brincar, aunque en aquellos tiempos esta actividad no era precisamente recreativa, sino que era utilizada por las autoridades como forma de castigo. Los que sí utilizaban de manera festiva al abuelo del trampolín actual eran los inuits (esquimales), quienes cada año hacían un festival dedicado a la primavera, usando como trampolín grandes pedazos de pieles que eran sostenidas por un grupo de personas.
Lo más parecido a un trampolín de nuestros días apareció en el siglo XIX, tras su introducción en los circos europeos, se trataba de telas amarradas a bastidores de madera o de metal con las que se hacían toda clase de acrobacias. Al mismo tiempo, en diversas zonas de Asia un dispositivo similar empezó a usarse como aparato de ejercicio.
En el siglo XX, con esta misma finalidad, los trampolines fueron introducidos en las universidades de Estados Unidos, desde donde se expandieron a todo el continente no solo como un concepto deportivo, pues desde los años sesenta comenzó su uso recreativo, junto con el de entrenamiento, pues la fuerza aérea norteamericana, así como la NASA, hicieron suyo al trampolín para adiestrar a pilotos y astronautas.
Tecnología de punta
Actualmente, los Trampoline Parks como Jumpster están equipados con tecnología de punta, los materiales usados en cada una de sus áreas son modernos, funcionales y sobre todo seguros, ofreciendo experiencias y emociones diversas para adultos, jóvenes y niños de todos los géneros, lo que los hace una atractiva inversión para cualquier emprendedor, ya que su público objetivo es muy amplio.
Los diseños urbanos de este tipo de parques, y las distintas versiones de modernos trampolines aumentan el potencial del negocio, ya que la constante innovación de sus actividades hace que el público viva nuevas experiencias en cada una de sus visitas.
De acuerdo con la Asociación Internacional de Parques de Trampolines, las instalaciones mínimas requeridas deben medir poco más de 1,600 metros cuadrados, pues la seguridad que proporcionan los materiales con los que están hechos los trampolines debe reforzarse con edificaciones que permitan una interacción adecuada de los usuarios. En Estados Unidos los Trampoline Parks miden en promedio de 2,300 a 3,200 metros cuadrados, de los cuales el 50% se ocupa con distintos tipos de trampolines.
En nuestro país, para instalar un negocio de este tipo necesitas por lo menos de 1,500 a 2,000 metros cuadrados, en tanto que la altura del establecimiento debe ser de seis metros sin columnas.
Atractivos para inversión
El concepto de trampolines recreativos se extendió en México desde los años ochenta con la instalación de dispositivos inflables, que estaban dedicados de manera exclusiva a los menores de edad. Obviamente los trampolines también se usaban como herramientas para entrenamiento deportivo en adultos o en espectáculos circenses.
La idea de los parques de trampolines, como alternativa de diversión para toda la familia, aterrizó en nuestro país en el último lustro de la mano de empresarios regiomontanos, quienes encontraron un extenso potencial en el mercado, pues el 25% de los usuarios son jóvenes de entre 13 y 30 años que en promedio pasan una hora en las instalaciones, de acuerdo con cifras de la franquicia Jumpster.
Es decir, el margen de crecimiento del negocio aun es amplio si consideramos que en México el 25% de la población, poco más de 30 millones de personas, tienen entre 15 y 29 años, según la encuesta intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Adicionalmente, el poder adquisitivo de los jóvenes mexicanos también es un factor que debemos tener en cuenta como parte de las proyecciones de negocio, ya que el Inegi calcula que en el primer trimestre de 2017 al menos 15 millones de jóvenes entre 15 y 29 años recibían ingresos de algún empleo.
Trampoline Parks
En nuestro país hay menos de 20 parques de trampolines ubicados en la Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Querétaro, Puebla, Coahuila, y el Estado de México. No todos son franquicias como Jumpster, cuya inversión va desde los 15 millones de pesos.
Todos los parques comparten en términos generales el concepto de integración tanto recreativa como deportiva.
El público asistente tiene diversas opciones, dependiendo de su edad e intereses. En Jumpster hay alternativas que incluyen a niños de entre tres y seis años, quienes pueden saltar en trampolines adecuados a su altura o divertirse en la alberca de esponjas. También para los menores de edad está la organización de fiestas con las que el festejado y sus amigos pueden explorar el parque de trampolines.
La atracción principal de Jumpster es la Pared, donde jóvenes y adultos corren, saltan y vuelan en un espacio lleno de trampolines; también hay paquetes para que convivas con tus compañeros de escuela u oficina, además de la academia de vuelo, en la que podrás recibir clases de piruetas.
El inversionista también puede incluir en su franquicia el Aerofitness, que consiste en clases de salto que proporcionan un excelente acondicionamiento físico, ya que 10 minutos de ejercicio en trampolín equivalen a correr media hora. Jumpster también tiene un servicio de cafetería, lo que aumenta la convivencia de los asistentes.